lunes, 29 de diciembre de 2008

Cábalas y tradiciones para esperar el Año Nuevo

Dicen que a los 10 años el ser humano comienza a evidenciar un pensamiento cabalístico...

Hay cábalas para todos los gustos y, aunque muchos digan que es una tontería, llegadas las 12, más de alguien come 12 uvas o se pone a subir y bajar escaleras .


Te cuento algunas cábalas divertidas para que elijas la tuya !



- Usar ropa interior amarilla la noche de fin de año, para asegurar
felicidad y buenos momentos. Mejor usarla por el revés y cambiarla al derecho después de medianoche.

- Si se sale a la calle, tratar que la primera persona que se vea sea joven,
ya que mientras menor sea, mayor será la felicidad.

- Repetir en voz alta o mentalmente la frase "Voy a ser feliz este año" junto a los doce campanadas.

- Encender velas de colores: las azules traen la paz; las amarillas,
abundancia; las rojas, pasión; las verdes, salud; las blancas, claridad, y las naranjas, inteligencia.

-Lavarse las manos con champaña y azúcar: para tener dinero. A las 12 de la
noche, se meten las manos a una fuente con azúcar. Luego se lavan con champaña.

-Quemar al muñeco "viejo": para desprenderse de las cosas malas del año que termina. Es necesario hacer un muñeco con la ropa vieja. Si se quiere, se le puede poner en el bolsillo una lista con todas las cosas malas del año que quieren eliminarse. A medianoche se lo prende fuego.

- Poner un anillo de oro en la copa de champaña con la que se hará el
brindis: te asegurarás que no falte el dinero (ojo con tragártelo!).

- Sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas: trae
matrimonio. - Recibir el año nuevo con dinero dentro de los zapatos: trae prosperidad económica.

- Para tener mucha ropa nueva: la noche del 31 debes usar la ropa interior al revés.

- La tradición de las 12 uvas: en el sitio que ocupa cada comensal se coloca previamente un pequeño frutero con 12 uvas y, de acuerdo con el ritual, se debe comer una uva por cada una de las 12 campanadas del reloj. Idealmente seis verdes y seis moradas. De esta forma, los anhelos y aspiraciones se hacen realidad...

Como sea, la idea es que disfrutemos la fiesta de un nuevo ciclo que comienza.

¿Y vos tenés tu cábala para darle la bienvenida al 2009?


domingo, 21 de diciembre de 2008

Deseo

















"El deseo nos saca de nosotros mismos, nos desubica, nos dispara y proyecta, nos vuelve excesivos, hace que vivamos en la improvisación, el desorden y el capricho, máximas expresiones de la libertad llevada al paroxismo. El deseo reivindica la vida, el placer, la autorrealización, la libertad.

Unos planifican su vida, mientras que otros la viven al ritmo que les marca el deseo. El deseo de vivir y de hacerlo a su manera. Por eso sus autobiografías son más descriptivas que explicativas, pues sus vidas no tanto se deben a los resultados u objetivos cumplidos, sino al sentido inherente al mismo proceso de vivir. Y este proceso, de uno u otro modo, lo establece siempre el deseo.

Bien entendido que el deseo no es una voz oscura, confusa y estúpida, sino que - en una persona madura - es luminosa, clara e inteligente. Las emociones están en la base de los deseos y de la inteligencia se dice que es emocional. Visto de este modo, el deseo se convierte en el portavoz de uno mismo".

Eduard Punset,
"El alma está en el cerebro"


Te
deseo que termines el año brindando por los buenos momentos y por todos los que vas a encarar.

Y que en esta navidad no dejes de pedir ese "especial, único y secreto" deseo que aún no llegó. ¿Tenés el tuyo, no?

¡FELICIDADES!


miércoles, 17 de diciembre de 2008

Verbos mayores


Según Freud hay dos verbos problemáticos en la vida:

"amar" y "trabajar".

¿Hay algún verbo que te quite el sueño?


jueves, 11 de diciembre de 2008

No sé, me importa un pito















No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.


Oliverio Girondo.-

¿Será que todos sienten lo mismo, y no nos enteramos? ¿O es sólo un deseo femenino de que sea cierto?

martes, 9 de diciembre de 2008

Infidelidad sin sexo, ¿es adulterio?


Según el diccionario, no lo es. Aunque hay quienes sienten el engaño con mucho menos que eso. ¿Será hora de redefinir el significado de la palabra?

La Real Academia define al adulterio como el "ayuntamiento carnal voluntario entre una persona casada y otra de distinto sexo que no sea su cónyuge".

Pasando por alto las palabras "casada" y "distinto sexo", que no es el tema que hoy ocupará estas líneas, detengámonos en "ayuntamiento". Si tenemos en cuenta este último vocablo, el engaño se produciría solamente si existiese el coito.

Sin embargo, muchos ven como traición cosas que a simple vista podrían parecer inofensivas. Ejemplo: que tu pareja se sienta visualmente atraído/a por algún transeúnte que camine en posición opuesta a la nuestra. Puede que sea exagerado sí, pero los celos, poco saben de eso.

Otros, consideran que besarse con alguien ajeno a la relación poco tiene que ver con meter cuernos. Para este sector, también quedan excluidos de la terminología adúltera el sexo virtual que no calificaría como infidelidad.

¿Será así o ya es hora de redefinir la palabra adulterio?

Hace algunas semanas una amiga en una fiesta contó abiertamente que desde hacía algún tiempo, cuando salía sin su novio, solía besarse con otros. "Obviamente que no lo considero un engaño, es un juego, y se que tengo un límite. Justamente es ese: el beso y algún que otro abrazo", comentó divertida.

Eso mismo abrió un mini debate entre quienes la escuchábamos atentamente y el grupo se dividió en dos: las que estaban de acuerdo con ella y las que antagónicamente, pensaban que sí era un tipo de engaño al igual que la infidelidad mental.

¿Infidelidad mental? ¿Qué es eso? Así es, hay personas que se sienten traicionadas por el sólo hecho de saber o imaginar que sus amores desean o piensan en otros.

Si bien estamos en una era en donde las parejas se animan a tener fantasías eróticas que incluyen a un tercero, muchos se sienten furiosos y frustrados, al saber que se los deja afuera hasta de un pensamiento.

Todo dependerá del nivel de celos e inseguridades de cada uno. Las personas muy posesivas consideran que cualquier relación que involucre intimidad –no solo física- de su amado/a con otras personas es traición.

La sexóloga Amy Levine, opina que "tanto hombres como mujeres pueden sostener affaires

Seguramente si se carece de una buena comunicación de a dos, se buscará en otros lo que escasea en casa. Claro que siempre está la opción de hablar de lo que sucede, o bien tomar distancia y convertirse en seres libres que puedan vivir abiertamente sus necesidades emocionales y/o platónicas con terceros, y así evitar el engaño.

Pero hay una palabra que es la más importante: "honestidad". Y cualquier relación amorosa a espaldas de una pareja, involucre o no actividad sexual, es infidelidad.
Generalmente existe una necesidad de conectarse con otro desde lo emocional, llegando esto a ser algunas veces más importante que tener sexo. Es por eso que pocos lo califican de infidelidad".

¿Creés que el engaño mental existe? ¿Si te enteraras que tu pareja sólo besó a otro/a, la
perdonarías?


jueves, 4 de diciembre de 2008

Peor para el sol (J. Sabina)

















¿Qué adelantas sabiendo mi nombre?,

cada noche tengo uno distinto,

y siguiendo la voz del instinto me lanzo a buscar...

Imagino, preciosa, que un hombre.

Algo más, un amante discreto
que se atreva a
perderme el respeto
¿no quieres probar?

Vivo justo detrás de la esquina

no me acuerdo si tengo marido

si me quitas con arte el vestido
te invito a champan.

Le solté al barman mil de propina

apuré la cerveza de un sorbo

acertó el que el templo del morbo
le puso a este bar.

Peor para el sol
que se mete a las siete
en
la cuna del mar a roncar,

mientras un servidor
le levanta la falda a la luna.


Al llegar al portal nos buscamos
como dos estudiantes en celo,
un piso antes del séptimo cielo se abrió el ascensor.

Nos sirvió para el último gramo

el cristal de su foto de boda

no faltó ni el desfile de moda de ropa interior.

En mi casa no hay nada prohibido
pero no vayas a enamorarte
con el alba tendrás que marcharte
para no volver.

Olvidando que me has conocido,
que una vez estuviste en mi cama,
hay caprichos de amor que una dama no debe tener.

Es mejor, le pedí, que te calles,
no me gusta invertir en quimeras,
me han traído hasta aquí tus caderas no tu corazón.

Y después, para qué más detalles,

ya sabéis, copas, risas, excesos
como van a caber tantos besos
en una canción.

Volví al bar a la noche siguiente
a brindar con su silla vacía,
me pedí una cerveza bien fría
y entonces no se...
...si soñé o era suya la ardiente voz
que me iba diciendo al oído,

me moría de ganas, querido,
de verte otra vez.

martes, 2 de diciembre de 2008

Esa tontería llamada amor

CALOR


Uno de los más bellos relatos que conozco se titula La casa de las bellas durmientesy fue escrito por el japonés Yasunari Kawabata.
En él se nos habla de una casa secreta, suerte de monasterio sexual o claustro de la fantasía, donde ancianos clientes van a pasar la noche con jóvenes narcotizadas. Estos hombres en decadencia no acuden a la casa en busca de sexo, sino para caldearse con la cercanía de esos bellos cuerpos desvanecidos… El sueño profundo y artificial en el que están sumidas sus compañeros de lecho, garantiza la discreción y pone a salvo a los clientes del ridículo que sentirían, tal vez, al sentirse observados por ellas en sus infructuosos escarceos. Ellos juegan un rato con esos apacibles contornos femeninos y luego se duermen, apoyados por somníferos que forman parte, también, de los servicios de la casa…


Un viejo proverbio dice que una persona te ama no cuando quiere acostarse contigo, sino cuando quiere dormir contigo.


Como dice Eguchi, el protagonista de “La casa de las bellas durmientes“, en determinados momentos todo el amor se puede trasmitir con calor y contacto físico. No es necesario nada mas…


El experimento más famoso acerca de la necesidad que tenemos de calor y contacto físico lo realizó Harry Harlow en la Universidad de Wisconsin, en los años cincuenta.
Él sabia que mucha gente opina que el apego que sienten los bebes por su madre se suele explicar por el hecho de que esta satisface su necesidad de alimento. Pero Harlow opinaba que la razón principal era otra. Así que ideo un ingenioso experimento confeccionando dos madres sustitutivas para bebes monos. Una de ellas, “la madre de trapo”, resultaba suave al tacto e irradiaba calor. La otra madre era similar en todo (por ejemplo, ambas tenían mamas), pero estaba hecha de malla de alambre y no producía el gusto por el contacto.
En sus investigaciones, Harlow descubrió que la inmensa mayoría de los monos preferían a la mama de trapo. Como promedio, pasaban dieciocho horas al día abrazándose a ella.


Pero la verdadera sorpresa consistía en que los resultados fueron casi iguales para el grupo que solo podía conseguir leche de la madre de alambre: también ellos pasaban la mayor parte del día pegados a la madre de trapo.


Los bebes monos no aman por estar hambrientos sino que, mas bien, están hambrientos de amor.


Se cuenta en la Biblia la historia del anciano rey desfalleciente a quien, para devolverlo a la vida, hacían dormir con una muchacha núbil… Y se cuenta así: “Era ya viejo el rey David, entrado en años, y por mas que le cubrían de ropas no podía entrar en calor. Dijéronle entonces sus servidores: “que busquen para mi señor , el rey, una joven virgen que le cuide y le sirva; durmiendo en su seno, el rey, mi señor, entrara en calor”. Buscaron por toda la tierra de Isrel una joven hermosa, y hallaron a Abisaq, sunamita, y la trajeron el rey. Era esta joven muy hermosa, y cuidaba al rey y le servía, pero el rey no la conoció“.

Lo dicho: que a partir de determinada edad volvemos a ser como niños y buscamos, sobre todo, el calor y el contacto físico.
O quizás nunca dejamos de ser niños y buscar eso. Pero disimulamos.


domingo, 30 de noviembre de 2008

La manzana prohibida

(de Tomás Juárez Beltrán)

Hacía tiempo que el viejito recorría junto a su mujer las góndolas del supermercado.

“Cuándo terminará con estas malditas compras” pensó aburrido mientras empujaba el carrito hacia el sector de verduras.

En el lugar, desbordando los cajones, las inmensas manzanas de Río Negro contrastaban con el monótono verde de otras estanterías.

Disfrutando su colorido, las observó detenidamente: eran tentadoras como ninguna otra fruta. Por el tamaño parecían dulces; sin embargo, por la apariencia de su textura, las imaginó ácidas. En realidad, nunca lo sabría sin probarlas. “Igual que las mujeres”, pensó. “Algunas son lindas por fuera y desabridas por dentro. Otras, todo lo contrario”, sonrió pícaramente.

Sin reparar en los carteles, se acercó a la estantería y tomó una de ellas. Tenía color rojo intenso y forma absolutamente femenina. Abstraído por su belleza, la frotó contra la solapa del cárdigan para sacarle brillo y curiosamente, como si fuera un espejo, la manzana reflejó todo el entorno. Era tal la nitidez con que veía, que hasta logró observar los números que marcaba la balanza: tres kilos de papas, dos de cebollas, medio de pepinos y unas hermosas piernas asomando por debajo de la caja registradora.

Haciéndose el distraído caminó de espaldas hacia el mostrador y utilizando la manzana como si fuera un retrovisor, observó nuevamente a la cajera: realmente hermosa. Su porte era exuberante y el delantal le apretaba el cuerpo desbordando sus formas.

Sumido en el erotismo de su fantasía, no pudo evitar mirarle descaradamente los pechos. Y cuando su imaginación ya traspasaba los límites del atrevimiento, con severidad fue reprendido desde el mostrador:

-¡No toque lo que no va a llevar, amigo!

Por un instante quedó paralizado y rápidamente bajó la manzana intentando disimular su actitud.

-¡La fruta no se toca! ¿No sabe leer, usted? -volvió a decirle el encargado mientras le señalaba los carteles indicadores.

Avergonzado, caminó hacia la estantería y repuso la fruta donde la había tomado. Cuando intentaba recuperar su aplomo y el carrito con las compras, inesperadamente lo tomaron del brazo para indicarle: 

-¡Vamos querido! Aquí las cosas son tan caras que no vale la pena ni mirarlas.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Te cuento uno. Me contás otro vos!?



Tengo otro blog en el que hablo de los "Hombres" pero todavia no lo hice tan público como éste.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

martes, 18 de noviembre de 2008

Tenemos una falla en el sistema racional

Es muy común que una mujer interrumpa una actividad de rutina para llorar desconsoladamente. A veces sólo basta un pequeño traspié (se quema la comida o se derrama la sal) para tener un acceso de pena.
Cuando esto sucede, los hombres quedan perplejos: no logran entender por qué lloramos, si hasta entonces “estabamos tan bien”, y prefieren, entonces, pensar que estamos locas.

A pesar de lo que cree la mayoría, este vicio tan irritante no es un síntoma de demencia, es una falla en el sentido común llamada golpe de estado emocional; un instante de trágico descuido en el que las emociones pisotean y derrocan a la razón tomando el control absoluto de todo el cuerpo.
El sistema dramático envía agudas descargas de indignación al cerebro, y en menos de cuarenta segundos, congestiona el hemisferio izquierdo, produciendo episodios de crisis emotiva y profuso llanto. El encéfalo, desbordado y caliente como una molleja, redirige a la mujer a la manera de un escudo que rechaza toda argumentación racional o intento de postergar la disputa, recita extensos inventarios de suculentos reproches, estimula los lagrimales, y tiene violentos chispazos de ira demencial. Sólo después de varias horas, con el llanto entrecortado por el hipo, las emociones le restituyen el mando al sentido común, que nos duerme mansas y culpables hasta el otro día.

(Fragmento de "Bestiaria" de Carolina Aguirre)

lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Quién no quisiera ...?



Fragmento de la película "Love Actually"

viernes, 7 de noviembre de 2008

¿Y si ...?

No sé por que socialmente nos dá verguenza decirle a un hombre que no conocemos y nos gusta lo que sentimos por él... ¿será que nos da miedo que piense que se lo decimos al primero que pasa por ahí?

Nuestra cultura no nos deja hacer eso. A menos que dejando todos los prejuicios que florecen en la adolescencia, podamos superar el complejo.


Es cierto que la mujer puede seleccionar entre varias propuestas, bien se podría pensar que es una posición privilegiada, pero acaso no es más privilegiado lanzarse al agua e ir por el hombre que uno quiere, ese que tal vez no está en el pool de cartas que se nos ofrecen?

Tenemos que conformarnos con las propuestas que nos presentaron? y si ninguna de esas cumple la mayoria de los requisitos que queremos?
Será que nos malinterpretan si lo hacemos? Y piensan que queremos una noche loca, una noche de copas? Será muy insinuante si simplemente nos acercamos a él y piensen que queremos conocer su mundo
?

lunes, 3 de noviembre de 2008

Canción: Secreto de amor


"Te voy a cambiar el nombre para guardar el secreto porque te amo y me amas y a alguien debemos respeto
Te voy a cambiar el nombre
en base a lo que has traido ahora te llamaras Gloria lo tienes bien merecido
Y hemos de darnos un beso
encerrados en la luna secreto amor te confieso te quiero como a ninguna
Y puedo cambiarte el nombre
pero no cambio la historia te llames como te llames para mi tu eres la gloria
Eres secreto de amor
secreto
Delante de la gente no me mires
no suspires no me llames, aunque me ames delante de la gente soy tu amigo hoy te digo, que castigo
Te voy a cambiar el nombre
para guardar el secreto porque te amo y me amas no debo de ser indiscreto
Delante de la gente no me mires
no suspires, no me llames aunque me ames
Delante de la gente soy tu amigo
hoy te digo, que castigo que dolor que dolor
Eres secreto de amor
secreto eres secreto de amor
Y puedo cambiarte el nombre
pero no cambio la historia te llames como te llames para mi tu eres la gloria
Ayyyy este secreto
ay que me ha vuelto tan discreto
Eres secreto de amor
secreto"

Letra de Joan Sebastian

Esto pasa mas de lo que uno se imagina...


jueves, 30 de octubre de 2008

Subiendo la temperatura

Ellas también se tocan

Monopolio histórico de los hombres, la masturbación ahora también es cosa de mujeres: consoladores a domicilio y consejos televisivos. Un informe indispensable para saber lo que hacen "ellas" cuando dicen que "lo" extrañan.


La cita es entre mujeres de alrededor de 40 años. El lugar: el living de un departamento en algún barrio porteño. El objetivo: comprar una serie de productos que una vendedora ofrecerá, exhibirá y cuyo funcionamiento demostrará con didáctica eficacia. Su catálogo no incluye cosméticos, recipientes de plástico, bijou, ni algún sistema para potabilizar el agua en el hogar. Esta vez, el acto de comunión se genera alrededor de consoladores, vibradores, lencería erótica y otros chiches más complejos. Este ritual, antes inimaginable entre "señoras de su casa", es el "Tupper sex" y arrasa con los antiguos conceptos trazados por la corrección y los buenos modales de la clase media tradicional.


Hasta hace muy poco, que una mujer le confesara a otra –amiga, conocida, compañera de trabajo– que se masturbaba, era prácticamente inconcebible. En todo caso, el tema quedaba circunscrito al ámbito privado de los hombres, más precisamente de los adolescentes. Los chicos, meses más, meses menos, padecen esa fiebre irrefrenable que las mamás redimen cambiando las sábanas.

"Más allá de todos los mitos, prejuicios históricos y referencias bíblicas que rodean el tema, masturbarse es proporcionarse a uno/a mismo/a placer sexual. Siempre existió, existe y existirá en hombres y mujeres de ésta y de otras culturas, y es una práctica sexual de alta frecuencia entre los varones y mujeres adolescentes, pero no solamente en esa etapa de la vida: es habitual y saludable en todas las edades. Desde un bebé hasta un señor casado de 80 años", dice Diana Ressnicoff, licenciada en psicología clínica y especialista en sexología. Y agrega: "El hecho de que los hombres se masturban es algo sabido, aceptado y obvio. En cambio, entre las mujeres fue una práctica siempre oculta e ignorada. Las mujeres son más proclives a sentir culpa si se masturban. Las madres siempre han apartado la mano de su hija de la vagina con mucha más determinación que la que aplican a su hijo y a su pene".

Existe la tentación (feminista, sí) de no separar la experiencia femenina de la masculina. Pero si somos atentos se ve con claridad que tanto biológica como culturalmente las cosas no son exactamente iguales para ambos sexos. ¿Los hombres se masturban con más frecuencia que las mujeres? Diana Resnicoff dice que no: "Estudios realizados revelan que hombres y mujeres se masturban, en conjunto, con una frecuencia similar. Las diferencias vienen dadas no por el género, sino por el temperamento sexual de cada uno". Las mujeres no son silenciosas por naturaleza, sino que durante largo tiempo fueron educadas para guardar silencio, obedecer y dar placer sin importar cuánto y cómo recibían. La pregunta del millón es cuánto y cómo estas pautas culturales se están modificando.

A juzgar por la inundación mediática sobre el tema, mucho. Samantha, de Sex & the City, se la pasa consolándose y las chicas de Cosmopolitan parecen haber descubierto la pólvora. Con el programa de Alessandra Rampolla a la cabeza, en el que las charlas giran alrededor de la masturbación, la importancia del tamaño del pene y los juguetes sexuales, una hueste de series de tevé, documentales y talk shows atraviesan el tema desde un punto de vista didáctico e informativo: en Escuela de sexo, de Cosmopolitan tv, se aborda, con mirada femenina, cuáles son los consejos sexuales que los hombres desconocen para satisfacer a las mujeres. En Sex Files, del mismo canal, exploran el pasado, el presente y el futuro del sexo alrededor del mundo. Con un planteo menos didáctico y una estética más hardcore, Sin Cities, en fx, es una serie que se propone mostrar "el pecado en distintas ciudades del mundo".

Un poco más allá de la pantalla chica y más cerca de la realidad, las estadísticas confirman que algunos tabúes están empezando a resquebrajarse. Según fuentes de la industria, en el último año las ventas de juguetes sexuales crecieron un 50 por ciento y los sex shops, que ofrecen dentro de sus servicios catálogos por internet y delivery de productos las veinticuatro horas, proliferan.

Virginia Brandi es actriz y trabaja como consultora en la empresa Sexto Sentido, dedicada a organizar reuniones durante las cuales, con la misión de aflojar a sus oyentes y posibles compradoras, desarrolla juegos, shows y charlas. "Se trata de relajarlas, porque al principio están tensas", explica. "En general lo primero que mostramos es cosmética, lencería y, como frutilla de la torta, los juguetes." ¿Cuáles son los productos con más salida? "Lubricantes, anillos (se colocan alrededor del pene y, por medio de vibraciones, lo estimulan a la vez que estimulan también el clítoris de la mujer), perfumes con feromonas y, en los últimos meses, crece la demanda de disfraces." Una vez que se rompe el hielo, las chicas suelen dejar los remilgos y se entusiasman con la posibilidad que les brinda hablar –nunca mejor utilizado el término– a calzón quitado.

Cecilia tiene 38 años, es licenciada en Ciencias de la Educación y trabaja como vicedirectora en un jardín de infantes. Está casada desde hace quince años, tiene dos hijos y confiesa, no sin cierto pudor, que nunca supo cómo masturbarse. "No sé cómo se hace. Lo intenté varias veces, puedo tocarme durante mucho tiempo, pero no llego al orgasmo, la única manera es teniendo relaciones sexuales con mi pareja y sólo por medio de la penetración." Sus compañeras de shopping la miran azoradas. ¿Nunca?

Los juguetes eróticos ayudan a explorarse e intensifican el placer, tanto en solitario como en pareja. Lucía, de 30 años, toma impulso y se anima: "Yo tengo orgasmos en el colectivo" ¿Cómo? "Algunas veces, cuando el viaje es largo, empiezo a fantasear. Muchas veces, aunque nunca tuve una experiencia real con ninguna, me imagino teniendo sexo con otra mujer. Con eso sólo y el ronroneo del motor, acabo."

Las variantes para la estimulación son muchas. Algunas eligen tocar con sus dedos la zona que rodea el clítoris, otras lo estimulan directamente. "El 73 por ciento de las mujeres que se masturban lo hacen acostadas (o en el baño) y con las piernas abiertas, un 10 por ciento lo hace boca abajo y con las piernas más juntas o muy juntas. La mitad de estas últimas no emplean los dedos para masturbarse, sino que se frotan contra una almohada, la envoltura de las sábanas o subida sobre algún peluche", especifica la doctora Resnicoff. "Igual –aclara–, no existe una manera ‘correcta’ de masturbarse. Cada mujer tiene una anatomía diferente y una manera distinta de percibirse psicológicamente a sí misma, por lo que cada una desarrolla espontáneamente su propia forma, aun usando la misma técnica." Están las manos, los dedos, frotarse, jugar a evocar imágenes mientras todos miran pero nadie sospecha. Pero si, además, existe un adminículo del tamaño de la yema de un dedo, que vibra y cuya intensidad se puede regular y sirve para estimular el clítoris... ¿por qué no?

Aunque, como le ocurre a Cecilia, muchas mujeres todavía no conocen las posibilidades que les brinda su propio cuerpo de experimentar placer, lo cierto es que la autoestimulación ayuda a reconocer cuál es su manera y su tiempo propio; les enseña a ser sexualmente activas, independientes y, en caso de aquellas que están en pareja, les otorga el poder de guiar y ayudar a su compañero para que las conozca. ¿Acaso hay mejor regalo que la llave capaz de abrir la compuerta de nuestro deseo? Aquellos que pregunten a su pareja sexual acerca de sus gustos y preferencias y reciban a cambio una respuesta certera: "acá, así", sabrán reconocer las virtudes del diálogo. Y para hablar, hay que saber.

(Nota publicada en la revista "Brando")


domingo, 26 de octubre de 2008

Secretos del corazón

A mediados del siglo XX la lectora de novelas románticas se retrajo, se volvió solitaria, empujada a no compartir su gusto por este género, dados los prejuicios sociales y culturales que lo condenaban. Estos prejuicios se originaron en dos fuentes casi opuesta e igualmente poderosas: una de tipo conservador, que censuraba las referencias directas o indirectas al amor físico, y otra de tipo vanguardista, que, al promulgar nuevos principios filosóficos, la calificaba como "literatura meno" por mantener el esquema de heroína virtuosa, héroe caballeresco y final esperanzador.

De igual modo las lectoras continuaron leyendo estas novelas en las sombras, ocultándose, cubriendo las tapas de los libros, deseando, quizás, comentarlas sin atreverse, yendo contra la corriente, infringiendo códigos, pero sobre todo, sintiendose incapaces de abandonar el "vicio" de la lectura de este tipo de historias.

Leer novelas de amor ayuda a volar y a soñar, a salir de la rutina y de un mundo donde la injusticia, el dolor y la indiferencia parecen las reglas, donde el sacrificio y la nobleza no se premian. La lectora de estas novelas no se identifica con la heroína sino con su plenitud, con su experiencia hacia la armonía, hacia el orden, hacia el amor. Y busca revivir esta experiencia una y otra vez, de modo incansable, quizá porque adhiere al aforismo:"Soñar no esta prohibido, lo que está prohibido es no hacerlo". Finalmente la lectora de este género es tan apasionada como las historias que lee.

Alguna vez leíste un novela romántica o de otro género ocultando su tapa por verguenza? Leíste a escondidas? Qué libro era y cuándo lo hiciste?

miércoles, 22 de octubre de 2008

El amor en voz baja

Esta semana, como ves estoy de pocas palabras. Será claridad, poder de síntesis, o alguna otra razón que, ahora, no quiero investigar demasiado.

Hay una pregunta que, estoy segura les hacemos todas las mujeres en voz baja e internamente a nuestra pareja, novio, amante, marido, y ellos nunca la escucharán:




¿Me amás?
Una "Lady" necesita siempre contar con eso, ¿sabías, no?





lunes, 20 de octubre de 2008

One Question


¿Los Secretos son para ser contados?

jueves, 16 de octubre de 2008

Un amor único

En "La Ceremonia del Adiós", el libro donde describe el fin de su compañero por 51 años, el filósofo Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir recuerda: "A veces se le escapaban palabras extrañas.

Una mañana, al darle la medicina, me dijo: Es usted una buena esposa".

Desde el pacto que suscribieron en 1929, cuando le propuso ser su "amor necesario", central, esa palabra había quedado proscrita. Sartre le dijo que necesitaba ser libre, polígamo, aunque después su "dulce maridito", su "querido pequeño ser", ofreciera matrimonio --casi siempre a sus espaldas-- a varios de sus "amores contingentes", accesorios.

Ella era tres años menor, dos centímetros y medio más alta que Sartre, y creía en la libertad individual, pero sufría sus ausencias y vivía con "agonía" algunos de sus romances.

Ambos disfrutaban las novelas de detectives, eran escritores compulsivos y gozaban ejercer la "transparencia" en su relación, una franqueza sexual que se reflejaba en sus cartas.

Pensaban que, al no tener secretos, no sentirían celos.

A Sartre siempre le gustaron las mujeres jóvenes; Beauvoir se relacionó con hombres, pero también vivió episodios apasionados con algunas de sus alumnas, varias de las cuales compartieron.

Fue un 14 de octubre de 1929 cuando perdió la virginidad en la cama de Sartre. Desde el inicio de su relación, Beauvoir experimentó a su lado la "felicidad perfecta": discutían los postulados existencialistas del filósofo, corregía cada uno los escritos del otro.

"Sabía que no existía desgracia que me pudiese venir de él, a menos que muriese antes que yo", escribió Beauvoir.

En 1941, cuando Sartre volvió de la guerra, tuvo que aceptar que ya no la deseaba. Buscaba otras conquistas. "Más que amor, era una amistad íntima. No había demasiada pasión", le escribió la filósofa sobre su relación a uno de los hombres que más amó, el escritor Nelson Algren.

Beauvoir fue amante, administradora y enfermera de Sartre; su gran cómplice intelectual, pero según el historiador Paul Johnson, también su esclava.

"En los anales de la literatura, hay pocos casos peores de la explotación de una mujer por un hombre", afirma en Intelectuales.

En 1965, Sartre adoptó legalmente y en secreto a uno de sus amores, Arlette Elkaïm, a quien conoció cuando tenía 19 años. A su muerte le heredó todo, incluso los derechos sobre su obra.

Pero a juzgar por sus palabras, lo que más respetaba, Sartre sintió también por Beauvoir un amor único. A ella fue a quien formuló siempre sus ideas porque era la única en quien confiaba, "la única con el mismo nivel de conocimiento de mí mismo", "mi única verdadera fortuna".

Sartre fue decisivo en su carrera: la animó para que escribiera su primera novela, La invitada, y la impulsó para que reflexionara sobre lo que significaba ser mujer, trabajo del que surgió El segundo sexo.

Cuando el filósofo murió, el 15 de abril de 1980, Beauvoir asistió al funeral masticando pastillas de válium, entre las 5 mil personas que acompañaron el cortejo fúnebre a Montparnasse.

Al día siguiente la encontraron delirando debido a una congestión pulmonar.

"Su muerte nos separa. Mi muerte no nos unirá", escribió. Pero se equivocó: sus cenizas están enterradas junto a las de Sartre en Montparnasse.



miércoles, 15 de octubre de 2008

Shhh!?


Las mujeres tenemos un sentido de la privacidad muy difuso. Mientras los hombres apenas si le dicen a sus amigos que estan saliendo con una chica, nosotras vomitamos toda la información luego de la primera salida. Entre amigas, las confidencias viajan como un malón de indios borrachos que van a saquearlo todo. Hablamos tanto, que destruimos el tabique de intimidad que separa a la una de la otra. Somos como dos celulares con bluetooth, como un extenso túnel que nunca dobla, como una cuadra de casas sin medianera.
Si bien los hombres conocen esta debilidad, no se imaginan al grado de indiscreción al que podemos llegar. Ignoran que esa amiga que viene a casa tan seguido sabe absolutamente todo sobre ellos. Que conoce todos sus movimientos en la cama como si los hubiera espiado. Que sabe que cuando eran chicos se tocaban con sus primas y jugaban con las muñecas de sus hermanas. Ignoran que a esa amiga se le desprendió la laringe de tanto reirse cuando supo que lloraron con Bambi y con la despedida de los almuerzos de Mirtha Legrand; que los detesta porque nos dejaron plantadas o nos hicieron llorar, y que nos aconseja que los dejemos cada vez que le contamos la última estupidez que hicieron.


martes, 14 de octubre de 2008

Top Ten

Primer Secreto:

Es importante encontrar un hombre que comparta con vos la responsabilidad, las tareas del hogar y obviamente que tenga un buen trabajo.

Segundo Secreto:

Es importante encontrar a un hombre alegre, que disfrute bailar y te haga reír.

Tercer Secreto:

Es importante encontrar un hombre tierno de quien se pueda depender afectivamente sin que por ello subordine y además, que no mienta.


Cuarto Secreto:


Es importante encontrar a un hombre que sea muy buen amante y que adore tener sexo con vos.



Quinto Secreto
:

Y es muy pero muy importante que estos cuatro hombres NO se conozcan entre sí!!!


jueves, 9 de octubre de 2008

La sencillez


Hablamos hasta ahora de nosotras y nuestros secretos.
Miren lo que encontré curioseando en internet sobre los secretos masculinos !?

http://www.secretosdelhombre.com/

Simpleza eh! Habrá que aprender ?


martes, 7 de octubre de 2008

Ups!

Afirman que el hombre guarda mejor los secretos que la mujer

Una reciente encuesta hecha en el país muestra que casi el 50% de los hombres asegura que sabe cerrar bien la boca, y que sólo el 10% de las mujeres se reconoce esa virtud. Para los hombres, los mejores secretos son sobre infidelidades.

Por Mariana Inglesias, publicado en Clarin.com en julio del 2008.-

Parece que el sexo femenino no es el más confiable para guardar secretos. Lo dicen los hombres y ellas lo admiten sin muchas vueltas. Al menos es lo que sostiene una reciente encuesta, que muestra que mientras casi el 50 % de los hombres asegura que sabe cerrar muy bien la boca si la situación lo amerita, sólo el 10 % de las mujeres se reconoce poseedora de esa virtud.

"Los secretos y el manejo de la intimidad" se llama el trabajo en el que participaron cien hombres y otras tantas mujeres de 18 a 40 años. Sabemos que hay tantos secretos como círculos de convivencia: familiares, amigos, pequeñas y grandes organizaciones. Los secretos son una panacea a la gran aspiración de conocimiento que nunca llega a satisfacernos del todo. Tener una porción de información que podemos manejar a nuestro arbitrio es una vivencia especial , dice Eduardo Sallenave, de la agencia de publicidad Draftfcb y autor del informe.

Los participantes relacionaron los secretos con palabras como confianza (algo que se comparte sólo con gente cercana) confidencialidad (que queda entre pocos) privacidad (algo personal que no se comparte con nadie) descarga (que provoca alivio al contarlo), e intimidad (cuestiones de la vida personal). La conclusión principal es que ambos sexos coinciden en que los que mejor guardan los secretos son los hombres. Otra respuesta contundente es que el 40 % de las mujeres reconoce que no es confiable para guardar secretos.

Qué tipos de secretos son los más valorados A las mujeres les gustan más los que tienen que ver con las amistades, mientras que ellos prefieren los sexuales. De hecho, los hombres son los que más están de acuerdo en que los mejores secretos son los relacionados con las infidelidades. Los que están parejos son los chusmeríos laborales. Otra coincidencia es que unos y otros rechazan la idea de amenazar a alguien con contar un secreto. Un dato interesante es que casi el 40 por ciento de los varones admitió que alguna vez usó el famoso recurso de tengo un amigo que para contar algo que en realidad era propio.

Dos especialistas mujeres consultadas por Clarín estuvieron de acuerdo con estos resultados, y explicaron por qué. Para la psicóloga Beatriz Goldberg, autora de Soy mujer y qué , de por sí el hombre cuenta muchas menos cosas que las mujeres. Ni siquiera en reuniones de amigos íntimos el hombre cuenta verdades de sí mismo. En cambio la mujer es más abierta con su intimidad. A sus amigas les cuenta todo sin dudar, pero también es capaz de contarle sus cosas al peluquero o al taxista . Para Goldberg, esta reserva masculina tiene que ver con que a los hombres les cuesta más mostrar sus debilidades y hablar de cuestiones afectivas. Por ende, si está más acostumbrado a ser reservado, es más fácil saber guardar secretos propios y ajenos .

Para Cristina Castillo, psicoanalista del Centro Dos, los varones tienden a contar menos cosas porque hay muchos temas que los minimizan o no le dan ninguna importancia, mientras que la mujer es mucho más detallista. Y da el ejemplo de una fiesta, y de todo el material de conversación que puede sacar una mujer de allí en comparación con el hombre: La mujer ve detalles, mientras que el hombre es más bien global .

Y las dos coinciden en la mayor reserva de las mujeres en temas sexuales: Si una mujer tiene un amante es probable que no se lo cuente ni a su mejor amiga. Los hombres sí, no tienen problema con eso y además dejan más señales, son mucho menos cuidadosos , dice Castillo. Para Goldberg, el interés de los hombres por los secretos sexuales tiene que ver con que los usan para medir resultados ajenos con ellos mismos .



lunes, 6 de octubre de 2008

Literatura Japonesa

(Fragmento del prólogo de "El libro de la almohada" de Sei Shônagon).
Con posterioridad a los siglos VII y VIII, caracterizados por los préstamos culturales chinos, se inicia en Japón el período Heian (794-1185), recordado por su esplendor y considerado unánimemente como la época clásica de la literatura japonesa. La capital recibió el nombre de Heain-zô - literalmente "ciudad de la paz y la tranquilidad"-, y su planta cuadrada copiaba la de la capital de la dinastía china Tang. El ideal estético de los nombres era el furyû (cuya remisión etimológica nos lleva al término chino feng-lin) que ya aparecía en la poesía Tang combinando dosis adecuadas de alcohol, lirismo y mujeres, y cuyo representante más conocido fue el famoso poeta chino Po Chü-i (772-846), de la dinastía Tang media.
Se trataba de una concepción hedonista y epicúrea de la longevidad y salud, con mujeres de larga cabellera y seres carnosos de rozagantes mejillas.

Una teoría para la vida pública, otra teoría para la vida privada, según conveniera: confuciano (1) frente a los otros y taoísta (2) para los íntimos fue una de las normas de los nobles de Heian.


Curioso y reflexivo resulta aplicar esta teoría en nuestra vida no? Es una buena combinación de ambas la que nos lleva a encontrar el equilibrio y perdurabilidad de los vínculos.
Me pareció algo bueno para compartir y comenzar la semana ( al menos les dejo una nueva inquietud para apoyar en la almohada esta noche).



1. El confucianismo a veces también llamado confucionismo, es el conjunto de doctrinas morales y religiosas predicadas por Confucio. El confucianismo ha ejercido una gran influencia sobre China, Corea, Vietnam y Japón. Fue la religión oficial de China hasta el siglo VII. El canon de la filosofía confuciana lo componen los Cuatro Libros. Los confucianos ven al cosmos como algo armónico que regula las estaciones, la vida animal, la vegetal y la humana. Si esta armonía era trastornada, habría graves consecuencias. Un ejemplo común que utiliza el confucianismo es el del mal gobernante que conduce a su pueblo a la ruina mediante su conducta.
2.
El taoísmo, palabra derivada de un caractér del idioma chino que se lee Tao o Dao (Romanización en Pinyin). Éste termino, a menudo suele ser interpretado como "vía" o "camino", más bien podría entenderse como "intuición, sensibilidad, espontaneidad, vida" o de manera más abstracta como "sentido".


viernes, 3 de octubre de 2008

Mejor no saber


Cuando se tiene una relación de pareja, hay muchas interrogantes que surgen frente al comportamiento del otro, ya sea antes o durante el tiempo que han compartido juntos. Aunque, puede que ellos respondan todo, creo que hay muchas cosas de las que no quieres enterarte.

Corazón que no ve, corazón que no siente, dice el dicho, y es verdad, sobre todo cuando sabemos que las mujeres somos incapaces de olvidar y que, aunque un mal comportamiento haya sido cometido en una relación anterior, lo viviremos como nuestro y lo sacaremos en cara cada vez que se presente la oportunidad.

Si no nos involucra directamente, para qué saberlo entonces, una actitud sana frente a la relación es por lo que mejor podemos optar, además para ellos son cosas del pasado, sin importancia y es probable que no tengan pelos en la lengua para contarte, incluso con detalles.

Acá van las 6 preguntas que toda mujer quiere conocer, pero que es mejor no saber

1. ¿Ha hecho el amor con su pareja pensando en otra mujer?
2.
¿Ha fingido placer en la cama , cuando en verdad no ha sentido nada?
3. ¿Ha sido infiel a su pareja en relaciones anteriores?
4.
¿Ha tenido fantasías sexuales con su mejor amiga?
5.
¿Ha tenido fantasías sexuales con compañeras de trabajo?
6.
¿Hay algo sobre su pasado sexual que yo no sepa?



jueves, 2 de octubre de 2008


El gran intelectual del amor, Richard Runner, dice en uno de sus más famosos tratados:


“Las personas que van por el mundo queriendo enamorarse se pierden el amor porque pasan muy rápido y, además, engordan de ansiedad”.


Yo creo que es una frase estúpida, pero a veces la estupidez resulta reveladora.

Vean esta comedia imperdible: "Manuale d´amore". actualmente en cines.




miércoles, 1 de octubre de 2008

2046 - Los secretos del amor


"2046", Hong Kong, China, Francia, Alemania, Italia, 2004, 129’, dirigida por Wong Kar-wai, con Tony Leung, Zhang Ziyi, Gong Li, Takuya Kimura, Faye Wong, Carina Lau, Chang Chen.

El personaje que hacía Tony Leung en "Con ánimo de amar" se ha convertido, pocos años después de aquella incompleta historia de amor con Maggie Cheung, en un Don Juan descreído y cínico, un melancólico sin énfasis, que quiere a las mujeres para tener sexo y no pasar solo las navidades. Esta base argumental es la excusa para el desfile de un seleccionado de bellezas femeninas orientales que te la voglio dire. También para que WKW despliegue a lo largo de más de dos horas su inacabable maestría para su estilización visual y sonora. Hay que ver si detrás de esta deslumbrante suerte de "Lo mejor de WKW" hay algo más profundo o si se trata de puro placer sensorial (lo cual no sería poco, claro). Hay también una creación literaria futurista con androides que resiente un poco la sensación global de la película.

martes, 30 de septiembre de 2008

Secretos de Mujeres Casadas (MASON, CAROL)

Reseña:

Jill y Rob están felizmente casados y muy enamorados. Ella está contenta de tener a su lado a un marido en quien confiar, al que ama y que además posee las destrezas apropiadas para pasarlo bien en la cama. El problema surge cuando descubren que no podrán tener hijos. Para Jill, los niños nunca han sido la finalidad de su vida, pero a Rob
la situación lo aturde y toma distancia del sexo, renuente a hablar de aquello que lo preocupa y lo humilla. La comunicación entre ambos se ha convertido en algo tenso e irritante. Mientras, ella sólo anhela un poco de diversión.
¿No sería injusto que en lo mejor de su vida no tuviera, como sus amigas, un compañero para divertirse sin compromisos? Secretos de mujeres casadasexplora una zona de lujuria y sensualidad femenina que los hombres, demasiado concentrados en sí mismos, tal vez ignoren. ¿Son las personas, los deseos y las fantasías alguna vez lo que parecen? Mientras afronta la infertilidad, la infidelidad y la verdad sobre su matrimonio, Jill está a punto de averiguarlo.


lunes, 29 de septiembre de 2008

Los secretos mejor guardados de las mujeres

Somos amazonas
Cuando una mujer descubre que su marido la engaña lo primero que pregunta no es: “¿Por qué lo hiciste?“, sino “¿Quién es ella?”. No le interesan los motivos de la traición; lo que le importa saber es si la otra era más jóven o más linda, si era mejor en la cama, en dónde se conocieron y cuantas veces tuvieron sexo.
Cuando yo era más jóven, por ejemplo, terminaba todos los años durmiendo con mi ex novio. Invariablemente, sin importar cuales fueran las circunstancias, luego de un tiempo caíamos en la misma rutina: nos despedíamos, nos separábamos, y volvíamos a dormir juntos cuando él estaba de novio con otra. Durante un par de años pensé que estas idas y vueltas significaban que estabamos hechos el uno para el otro; pero mi reincidencia tenía muy poco que ver con el amor. Mi deseo no era recuperarlo. Mi objetivo era probar que yo era inolvidable. Competía con ella sin importar quien fuera; tenía que demostrarle al mundo que yo era la mejor de todas.
Las mujeres, a diferencia de lo que los hombres creen, estamos en constante conflicto con nuestro género. Ellos son, cuando mucho, personajes secundarios. Cuando vamos a un casamiento, por ejemplo, no nos importa llevar compañía para bailar o para conversar entre comidas. Necesitamos llevar pareja para que el resto de las mujeres no puedan jugar la carta de: “yo tendré tres pibes y pareceré un colchón mal atado pero vos ni tenés marido”, y nostras podamos, en cambio, mostrar nuestro juego: “Mientras vos fregás pañales de rodillas yo tomo cocktails con sombrillitas y me burlo de tu panza”.

Del Libro "Bestiaria", Carolina Aguirre

domingo, 28 de septiembre de 2008

Lo no dicho

"Para ser una persona honesta hay que tener al menos un secreto. Nadie que sea considerado somete a los otros a que lo soporten de manera descarnada, tal cual es, sin nada que ocultar.
El secreto es lo oculto, el sitio en el que guardamos a escondidas lo que suponemos nos sería un problema con los otros. En especial con aquellos con lo que es imposible hablar. Se puede ocultar por miedo, por aburrimiento o porque simplemente ya no nos quedan ganas de volver a explicar.
Pero si hay algo con lo que el secreto insiste es en ser contado. Cuando se tiene uno se goza de posponer el único momento en que el secreto tiene sentido, su minuto de gloria: el instante de revelarlo.
No es lo mismo tener un secreto por pudor, protección, duda, cábala, miedo o porque se tenga ganas de tenerlo que andar escondiendo para controlar al otro. Para eso ni la desesperación es excusa, y el amor tampoco.
A veces el secreto es una condición erótica. Los que lo practican lo necesitan para que haya pasión. No dejar indicios, que nadie sospeche. El propio ocultamiento es un buen tema de conversación para una pareja que no sabe de qué hablar. A veces, el único tema. Pueden ver, en secreto, cómo los demás no pueden verlos. Una manera de andar desnudos y parecer vestidos. La situación puede ser estimulante si se evita el momento de mirar para adentro. Entonces no habrá secreto que valga.
El secreto no encubre lo verdadero. Lo que esconde es lo horroroso. Y aunque el secreto tenga como función que algo no se sepa, a medida que pasa el tiempo y vamos tomando distancia, pide alcanzar su destino natural: el ser contado".

De esto se trata el blog. De generar un espacio para que podamos escribir y volcar "eso" que llevamos con nosotros y nos habla a diario. Puede ser un deseo jamás contado a una amiga, ni a tu psicólogo. Algo que no te animas a hacer por vergüenza, por no romper las reglas, porque la conciencia individual y colectiva te señalaría.
Seguramente la mayor parte tendrá que ver con el amor. Allí es donde las mujeres deseamos muchas veces cosas que no pedimos, que esperamos que sucedan, que imaginamos o vimos que le pasó a otro y no a nosotros. Pero la espera es una actitud pasiva y una buena forma de poner en movimiento lo que queremos es compartirlo y ayudarnos a conseguir esas cosas.


Contarlo puede ser liberador. Algunos silencios son saludables sólo cuando se cortan, cuando lo dicho se acerca al pedido de ayuda.

Bienvenida a este blog para contar tu historia o simplemente leer las de otros. También podés recomendar o artículos relacionados, libros, películas, autores, revistas, y todo lo que desees compartir.

El Inconsciente _ Secretos de alcoba

A veces existen experiencias o sentimientos imposibles de decir incluso para uno mismo. De hecho, la sexualidad siempre tiene algo de secreto.

¿A quién no le gusta tener un secreto? O mejor dicho, ¿quién no tiene un secretillo en lo más profundo de su corazón? Sobre todo si es compartido, dirán algunos. O si es imposible de revelar, responderán otros. Lo cierto es que convivimos en un mundo de secretos más o menos inconfesables en los que transcurre nuestra cotidianeidad.

Tempranamente Freud indicó la crucial importancia del secreto en la vida amorosa de las mujeres. Pensaba, a comienzos del siglo XX, que si una mujer no lo tiene, lo busca como una necesidad propia de su ser femenino. El secreto le pemite hurtarse del otro, dejar parte de su feminidad por fuera del lazo social.

Si bien muchas veces las relaciones entre las mujeres se construyen a partir de la comunidad de secretos, o de estar al corriente de cierta información que otros no deben poseer, el secreto que aquí acentuamos concierne más a la intimidad que a la vida social. En lo comunitario muchas veces las relaciones con los secretos determinan la inclusión de una persona o su exclusión. Pero en la intimidad los secretos tienen como punto de partida la barrera que cada uno establece sobre aquello de lo privado que no debe pasar a la vida pública.

A veces existen experiencias o sentimientos imposibles de decir incluso para uno mismo. De hecho, la sexualidad siempre tiene algo de secreto. Aquellos que transgreden los usos de la insinuación y pasan a mostrarla en forma directa son considerados anómalos y producen angustia o rechazo.

Las condiciones de elección del objeto erótico y amoroso pueden ser secretas para el propio sujeto. Sabe que ese detalle, esa particularidad del otro lo atrae, y no obstante, paradójicamente, nada sabe acerca de eso. Ése es el punto clave del saber inconsciente: un saber no sabido por la conciencia. Esa elección establece cuáles son los rasgos simbólicos que diseñan al objeto amable y determina la serie que puede detenerse en un único objeto o formar parte de una lista de objetos sustituibles unos a otros.

La experiencia analítica contribuye muchas a develar semejante misterio. Algunas veces incide sobre ese tipo particular de elección, otras posibilita que el sujeto se reconcilie con su manera de amar y desear.
En ese sentido, el secreto aquí invocado funciona en forma diferente en mujeres y hombres.

Para los hombres, las condiciones de elección de objeto está determinada de modo tal que se puede hablar de la condición "fetichista", siempre la misma elección. En cambio, en las mujeres el acento está puesto en el hacerse amar y desear, por lo que el amor toma para ellas una vetiente llamada "erotómana".

La condición masculina es ignorada por él y en la mayor parte de los casos es un secreto para los otros porque de lo contrario sería exponer socialmente su sexualidad.

Por el contrario, para nadie es un secreto que las mujeres están mas preocupadas por hacerse amar que por amar. El secreto femenino incumbe a su goce solitario, llamado por Lacan "suplementario", que no la pone en relación con el otro. Antes bien, la hace "no toda" para el otro. Una parte de ella misma se sustrae del parteneire.

El secreto, el misterio femenino, no son la prueba de la "mala fe", de la insinceridad o de la mentira que se les atribuye a las mujeres. En realidad es la expresión de un goce que no puede ser expresado a través de las palabras y que las excede a ellas mismas volviéndose una pregunta.

Sólo el amor vuelve menos solitarios a los amantes, dice Lacan, puesto que el goce de cada uno los deja a solas. La experiencia amorosa puebla al exilio que conlleva el malentendido y el desencuentro radical entre los sexos. Desprecio y degradación de la mujer por parte del hombre, odio y hostilidad de la mujer hacia los hombres. En ambos casos, el secreto de estas pasiones se encuentra en la intimidad de la vida psíquica que determina su modo particular de amar y gozar.

El secreto puede, pues, estar habitado por palabras que no logra nombrarlo del todo. O puede mantenerse en reserva por propia decisión. Pero una parte del secreto de la relación entre los sexos no puede más que quedar en silencio, a la espera que los amantes encuentren sus buenas palabras.

(Silvia E. Tendlarz, psicoanalista. Autora entre otros libros, de "Las mujeres y sus goces")