lunes, 23 de noviembre de 2009

El consumo de la utopía romántica

El libro ¨El consumo de la utopía romántica¨es un estudio sociológico sobre el amor y el matrimonio en nuestros díficiles e incrédulos tiempos actuales. Fue realizado en 1992 y recién ahora se publica en la Argentina. La autora Eva Illouz nos habla de un amor en el capitalismo del primer Clinton, teniendo como modelo urbano al yuppie y, lo que es más importante, sin contar con el impacto avasallador de la web.

Se hace las preguntas correctas y las responde con creatividad:

¿Por qué prevalece más la imagen de una pareja caminando de la mano por la playa que la de un hombre y una mujer mirando televisión tranquilos?
¿Por qué la mayoría de la gente recuerda mejor los amoríos breves e intensos que las relaciones paulatinas?
¿Por qué se asocia más la idea de intimidad y romance con una conversación larga que con una salida juntos?
¿Hasta qué punto nuestros momentos románticos están determinados por la representación del amor en el cine y en la televisión?
¿En qué medida un paseo bajo la luz de la luna es un momento de romance perfecto o simplemente una simulación de lo ideal visto una y otra vez en las pantallas?


La autora demuestra que es posible estudiar al amor desde la sociología de la cultura. Lo toma como un caso ejemplar para analizar las reglas del capitalismo, su relación con el consumo, la producción y la utopía.

Aunque el amor es irracional, gratuito y privado y se escapa de las cataegorías de racionalidad, lucro, utilitarismo y publicidad propias del capitalismo, es un elemento central, incuestionable y paradójico de nuestra cultura.

Pero ... ¿de qué tipo de amor habla?. Eva caracteriza la relación de citas, expectativas y sueños entre un hombre y una mujer en vista de formar una pareja.
Sí, el amor romántico es, al parecer, tan heterosexual como el de cualquier comedia romántica

Vale la pena hacer el ejercicio de responder las preguntas que formula y pensar que otras imágenes del amor consumimos.

martes, 10 de noviembre de 2009

El hombre promedio busca amor

Más de 50 mil varones contestaron una encuesta en Internet que los revela mucho más sensibles y enamoradizos de lo que se suele pensar.

50 mil hombres hablando de amor, sexo y otras cosas. Y nos interesa la parte del amor y el sexo. Todos y cada uno de ellos, señores británicos, australianos, norteamericanos y canadienses, respondieron el
Great Male Survey 2009 del sitio AskMen. Y los resultados son sorprendentes: parece que todo lo que es old fashion, a la renovada luz de nuestros días, vuelve a estar de moda.

Dos grandes conclusiones: en términos de relaciones, ellos emprenden un regreso hacia el romance. Esa fue la primera. Y la segunda es un clásico de todos los tiempos: se quejan de que sus mujeres no les dan suficiente sexo.

Empecemos por destrozar algunos mitos. ¿Se asustan los hombres ante la posibilidad de salir con una mujer que gana más que ellos? Se solía pensar que sí, pero el 85 por ciento de los consultados aseguró que no.
Otro: no sólo las mujeres se enfrentan a una situación complicada a la hora de decir o no la verdad acerca de con cuántos hombres se acostaron. El 51 por ciento de los muchachos también mintió alguna vez la cifra de señoritas que pasaron por sus camas.


Esto es interesante: el 60 por ciento no tendría problemas en tomar un anticonceptivo (equivalente a la píldora femenina) si existiera la posibilidad. Y más de la mitad admitió que si pudiera, haría más grande su pene...

Y los datos más esperados y divertidos: el 81 por ciento dice que le pone pilas a la dimensión romántica en una relación. El 84 por ciento busca una potencial mujer "matrimoniable" cuando empieza a salir con alguien. El 70 por ciento dice que no engañaría a su mujer, pero el 13 admite que no está del todo satisfecho con su vida sexual. Con todo, el 60 por ciento no le cuenta sus fantasías sexuales a su pareja (esto no esta bueno!!! a charlar y divertirse mas!!!)

Dicen que los números no mienten...


domingo, 1 de noviembre de 2009

El veraz emocional








Si una persona es estafada económicamente bien puede acudir a la justicia. Puede solicitar la inhabilitación, la quiebra, o la cárcel para el estafador, quien deberá responder con sus bienes o su libertad para compensar a la víctima por el daño causado.

Sin embargo, cuando la estafa no involucra bienes concretos, el único tribunal disponible es un balde de helado y la oreja de una amiga. No existe compensación para el dolor causado por una estafa al corazón.
La única forma de prevenir estos incidentes es abrir de forma inmediata el primer banco de datos amorosos del país, una base de consulta permanente con informes que reflejen el grado de cumplimiento y honestidad de los compromisos románticos y el comportamiento general de la persona en materia sentimental. Estos documentos serían de gran importancia a la hora de aventurarse en una relación que podrá, en el mejor de los casos, hacernos parcialmente felices, y en el peor, arruinarnos la vida.

Ante todo, el informe debe incluir el estado sentimental actualizado de la persona, incluyendo edad, nombre completo, estado civil e hijos, si los tuviera. También debe haber un inventario cronológico de noviazgos, aventuras, affairs secretos, romances de verano, matrimonios, divorcios, convivencias y compromisos.
(No se aceptarán estados civiles mixtos o indefinidos, a saber: divorcios bajo el mismo techo, relaciones prontas a caducar, matrimonios simulados o prolongaciones conyugales por apariencias).
En esta sección deben estar asentadas todas las relaciones no caratuladas cuya duración haya excedido los tres meses, y en cada caso debe constar, de forma clara y comprobable, quién dejo a quien y bajo qué circunstancia. El descenlace debe estar detallado de forma eficaz y sobria, pero sin ahorrar detalles relevantes: debe constar si fue sorpresivo, si lo hicieron por teléfono, si hubo un tercero involucrado o fue de común acuerdo. Si existieran atenuantes, también deben estar detallados: subidas de peso escandalosas, infidelidades, cambios bruscos de personalización, mediocrización exagerada.

(Se caratulará como “relación seria” todo aquel vínculo que se extienda más allá del mes o que exceda las diez citas, o que –aún no cumpliendo este requisito- presente evidencia contundente de intercambio sentimental profundo, a saber: visitas a parientes políticos, frecuencia de llamados superior a cinco semanales, intercambio de regalos personales –exceptuando cosmética, textil, flores, dulces o entradas a eventos-)

En la tercera y última sección deben figurar las faltas sentimentales graves comprendidas de los dieciocho y setenta y cinco años de edad, a saber: ser infiel, jurar amor en vano, crear falsas expectativas amorosas, evasión del compromiso sentimental/marital/de convivencia, confusión y demanda de “un tiempo”. (Toda persona menor a 18 años o mayor a 75 se considera inimputable en el área sentimental).
Dentro de los servicios premium, se debería ofrecer también el “certified sex feedback”, que consiste en un efectivo sistema de callbacks al azar realizados por la empresa para testimoniar el desempeño sexual de la persona en cuestión. Sería imprescindible que el investigado pueda certificar la autenticidad de esa opinión configurando en su perfil una clave de seguridad o pregunta personal que involucre la descripción de alguna marca personal en el cuerpo (lunares, cicatrices y otras particularidades).

También se podría acceder al servicio “Alerta Veraz” y recibir en su casilla de mail todas las actualizaciones de los perfiles románticos de tu interés y saber –antes que las demás- si un hombre está disponible luego de haber cortado con la novia, si nos están engañando con otra o si ese bendito divorcio nunca comenzó.

Aquellos que incurrieran en una falta grave serían inhabilitados por 5 años para fundar lazos amorosos. Quienes decidieran encarar una relación con una persona que haya incumplido sus compromisos románticos en reiteradas ocasiones pueden hacerlo bajo su absoluta responsabilidad, quedando sus amigos y familiares libres de todo compromiso de contención y padecimiento si posteriormente hubiera incidentes.