domingo, 6 de septiembre de 2009

¿Qué les pasa a los hombres?



Cuatro interrogantes claves para empezar a entender los cambios en el universo masculino.

El 38 % de las mujeres afirma que los hombres no quieren comprometerse

Las mujeres de 30 vimos nacer la píldora y empezamos a compartir la crianza de los hijos con el hombre. Ganamos nuestra plata, somos consideradas como pares de los hombres en los puestos de alto nivel del mundo corporativo y no necesitamos casarnos y tener hijos para ser respetadas socialmente.
Estamos antes un desafío enorme: cómo manejar ese poder y esa independencia sin que parezca una mala imitación del liderazgo masculino.
Las mujeres demostramos una arrogancia combativa que deja a los hombres fuera de juego o sólo como proveedores.
Si aparentamos tenerlo "todo", si el hombre no puede aportarnos nada, ellos se descolocan.
La imagen del varón superpoderoso es una ficción que quieren sostener para no sentirse menos. Los hombres no se comprometen porque necesitan ocultar su "no-poder" a través de la huida.
Históricamente ellos están programados para poder con todo y frente a esta nueva mujer que también "puede" se sienten perdidos. Lo que busca un varón a la hora de comprometerse es encontrar un espacio de intimidad. Espera recibir esa necesidad primaria, es decir, respeto y apreciación. Espera recibir, en esencia, amor. Tan simple y tan complejo como eso.

El 19 % de las mujeres sostiene que los hombres no nos contienen.
El hombre sabe contener a su manera, que no es la nuestra y menos la que muchas veces esperamos. Los hombres están educados para ganar, ser exitosos, no piensan tanto en la necesidad del grupo y ponen su foco en un objetivo concreto (ganar plata, terminar una carrera, hacer un buen negocio, cumplir su vocación). Un hombre no puede ocupar todas las posiciones en el tablero de nuestras necesidades, y probablemente, hacerle notar eso permanentemente, ese "no-poder" lo frustre, lo enoje y todo gire en un círculo vicioso de reclamo.
Las mujeres que aceptan el tipo de contención que ofrece el hombre, son las que logran mejores resultados. Puede ser más breve de lo que quisiéramos, más fría, más dura o más distante. Se podría comparar con la manera en que el hombre cuida de sus hijos cuando está sólo con ellos. (por ejemplo, una madre le pregunta a su hijo si el sueter le pica , haciendole notar que el sueter además de abrigar puede picar. En cambio el hombre cumple su objetivo: abriga al chico sin importar más).
Si uno toma lo que recibe del otro como una ayuda, le alcanza siempre. Si por el contrario, uno espera que el otro solucione sus dificultades y carencias, siempre va a sonar a poco.

Para el 27% de las mujeres, los hombre mienten.
Cuando un hombre miente u oculta información a su pareja, generalmente es porque no soporta ver el modo en que la mujer expresa su sufrimiento. La fantasía masculina por excelencia es acostarse con la mayor cantidad de mujeres posible, pero también saben que la garantía de intimidad y entrega viene estando sólo con una. La queja más común del hombre con problemas de pareja es la de no sentirse querido. Para ser amado por una sola persona siempre hay que renunciar a algo, y el que no renuncia, miente o manipula. Mentir es otra máscara de la huida masculina, una salida inconsciente a la dificultad de comprometerse hoy en día, y una manera elegante de que nadie salga herido.
Sin embargo hoy en día lo que vale es la vida real, la honestidad. En el peor de los casos, lo que puede pasar es que se descubra una mentira y tengas que decidir si separarte o perdonar.

Para el 15 % los hombres piensan a corto plazo.
Es muy común escuchar a una mujer decir: "los hombres no saben proyectar a futuro". La verdad es que ellos piensan a corto plazo en las cosas que las mujeres pensamos a largo plazo, y viceversa. En lo referente a sus carreras, su trabajo, sus hobbies, son perfectamente capaces de pensar en resultados a treinta años. Pero no necesitan de la imagen de una mujer a su lado por el resto de la vida. No es que ellos piensen en el futuro con "otra", sino que simplemente no piensan en su futuro amoroso. Por otra parte, el hombre no tiene la limitación biológica que sí corre para las mujeres a la hora de tener hijos. Para ellos no es necesario tenerlo a los treinta, pueden perfectamente "sentar cabeza" a los 50.
La mujer que quiere ser madre se pone muchas veces en lugar de "cazadora" y lo cierto es que no todas vamos a casarnos. Hay que tener un plan B, un proyecto propio que no dependa del compromiso que podamos armar con un hombre.

Conclusión:
Si dejamos de ser las "nuevas poderosas" seguramente ellos dejen de ser los "nuevos pobres" y oculten menos sus debilidades con mentiras, huidas y falta de compromiso.

Y los hombres ... ¿qué opinan de los resultados de la encuesta?

(Nota extraída de la revista Oh La Lá!, setiembre 2009)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pensaba sacar conclusiones de este informe, pero como los resultados de las encuentas estan basados en suposiciones de las mujeres hacia los hombres decidí no opinar.

Hubiera sido mas rico escuchar el otro lado de la campana.

Sino, pareciera que es tendencioso y hasta mal intencionado lo que puede leer.

No deje de hacerle estas mismas preguntas al hombre, hagame caso...



El Gc/B

Moni dijo...

Justamente por ser una encuesta y mostrar la opinión femenina, la nota invita a los hombres (ahora lo hice mas explícito) a que cuenten su verdad.
Cuando quiera comentar sus conclusiones Sr. Gc/B acá estamos para leerlas.

Facundo Di Genova dijo...

qué pasa con las mujeres yo me pregunto

Anónimo dijo...

Lo unico interesante de la nota con respecto al hombre son las claras palabras ""Espera recibir esa necesidad primaria, es decir, respeto y apreciación ""

Yo me pregunto ¿que le pasa a las mujeres que contestan estas encuestas....??

atte.
CAT