domingo, 3 de mayo de 2009

El amor en la Era de la web 2.0













Mensajitos de texto, fotos tagueadas, comentarios en el muro... El levante ya no es lo que era. Una guía para entender cómo conquistar mujeres en los tiempos que corren.

Pensemos en el gran estereotipo del amor: ¿qué hubiera sido de Romeo y Julieta hoy? En lugar de conocerse en un baile de disfraces, se inventarían un nick name y se mandarían por mail fotos retocadas en el Photoshop. Ningún balcón. Te agrego al chat y vemos.

¿En qué medida han cambiado las relaciones sociales y, en particular, las relaciones amorosas, con el advenimiento de las nuevas tecnologías? No es necesario remontarse a la época isabelina para darse cuenta de que han cambiado, y mucho. Internet impuso nuevas reglas. Pero, lamentablemente, el manual de instrucciones de este juego no viene junto con el kit de Windows Media.

Ahora, las opciones se multiplican. Empezando por la vastedad de información que prolifera en la red. Sépanlo: lo primero que hacemos las mujeres cuando conocemos a un hombre es googlearlo. Y no solo a él. También a su ex novia, a su madre, a su padre y un largo etcétera que puede no terminar nunca. La conversación obligada sobre el pasado, inevitable durante los primeros encuentros que constituyen la conquista amorosa, estará interferido por todo aquello que ya sabemos sobre él. Y si en Google no hay entradas, bueno, puede ser un problema. Porque aunque seamos independientes, liberadas y modernas, nos gustan los hombres importantes. Y ya se sabe: el que no aparece internet no existe.

Por otro lado, está el tema de los perfiles. Toda red social exige tener uno bien claro. No se trata de que sepan exactamente quiénes son para definirse como hombres. Pero sí es fundamental saber qué quieren que nosotras veamos. Y aquí es cuestión de encontrar un difícil equilibrio: porque nos gustan sensibles, pero fuertes. Cultos –si hay lista de libros favoritos, mejor–, pero activos (que hagan algún deporte). Que ganen bien –nos fijamos en dónde trabajan y en qué puesto–, pero que no sean estructurados ni omnipotentes (atención a los gustos musicales). Para ingresar en el mercado de los bienes amorosos hay que diseñar una buena estrategia de marketing de uno mismo.

En la liquidez de las pantallas, los cuerpos se disuelven. Hasta hace no mucho, el cuento "chico conoce chica" seguía con un llamado telefónico. Ahora, probablemente, empiece por el chat. Es que las nuevas reglas de seducción están puestas al servicio de la histeria y la morosidad. Para decirlo en criollo: antes se iba directo a los bifes. Que levante la mano aquel que, cuando conoce a una mujer que le gusta, le pide el teléfono. Entendemos: el chat les proporciona cierta seguridad, no los expone. Y además, es una forma de ahorrarse todo ese asunto de la cena y de querer salir corriendo si la cosa no funciona. También nosotras nos desilusionamos: a veces el chat resulta, pero el encuentro cuerpo a cuerpo depara algunas dificultades y la persona más interesante del mundo, en el ámbito virtual, se convierte en calabaza frente a un café. Además, explicarle al otro que no va es mucho más complicado que bloquearlo en el msn.

Si la web 2.0 abrió un nuevo capítulo en materia de conquistas amorosas, también es cierto que lo ha hecho en cuanto a las rupturas. Los duelos siempre son difíciles de superar. Pero nunca resultó tan complejo como ahora. Ya no alcanza con guardar bien al fondo del cajón las cartas y las fotos del ex. Ahora, el iconito de "está conectado" reaparece en la PC y la tentación de entrar en su Faceboock y enterarse de cuántos amigos nuevos tiene, qué le escriben en el muro y a qué evento piensa asistir atenta contra cualquier posibilidad de olvido.

Es cierto que los roles se han tergiversado. Las mujeres tomamos la iniciativa, los hombres están más "histéricos" o precavidos que nunca y la ambigüedad es la orden del día. En la era de internet, la velocidad, la hiperexposición y las crisis de identidad, es cada vez más complicado descubrir qué quiere el otro. Habrá que seguir averiguando.

(Por Virginia Cosín, para "Brando")

Lo que ellas entienden, según el dispositivo que elijas para comunicarte:

* Solicitás su "amistad" en Facebook y comentás una de sus fotos: "No se anima a es cribirme un mensaje personal. Está esperando a que yo tome la iniciativa".

* Le mandás un mail diciendo, directamente: "¿Vamos a tomar algo un día de estos?": "Le gusto mucho".

* Te conectás al msn, pero no iniciás un diálogo: "Me ignora. No me quiere más".

* Le mandás mensajitos de texto al celular: "Ya somos novios".

* La llamás por teléfono: "Me caso".


1 comentario:

Zimbon dijo...

jajaja... cuanto mito!!!