lunes, 13 de abril de 2009

Guia de las nuevas relaciones III

6- Taza, taza…
Cada uno tiene la llave del idilio... que es la de su propia casa. Lo visitás, él te va a ver, miran tele en el departamento con el sillón más cómodo y tienen sexo en la cama donde mejor se acomodan. Pero dormir juntos... ¡nunca! “Este tipo de vínculo es ideal para personalidades a las que les cuesta ceder o temerosas del otro. Los seduce la idea de tener un lugar propio donde acurrucar sus manías, de no acordar decisiones domésticas y de mantener cierta independencia”, explica Martínez.
Al no haber convivencia, no se conoce el mal humor del otro al despertarse o sus ronquidos. “Pero ciertas parejas, en algún momento, sienten la necesidad de vivir algo más real. En ese caso, si los dos son muy celosos de sus espacios, pueden probar quedándose sólo algunos días a dormir con el otro y no hacer una mudanza o una venta de alguno de los departamentos de forma abrupta. Además, si no hay cerca un plan de tener hijos, relacionarse así es una buena manera de potenciar el placer al máximo. ¿Si funciona? No hay fórmulas. Sólo hay que seguir con esa ‘rutina antirutina’ en la medida en que las dos partes se sientan a gusto”, agrega Martínez.


7- Relaciones a distancia
Supongamos que durante las vacaciones conociste a un chico extranjero y te enamoraste, pero él tuvo que regresar a su país. También puede ser que tu novio haya aceptado un puesto temporal en otra provincia... ¡o continente!
Hasta no hace mucho, cualquiera de estas dos situaciones implicaba una despedida desgarradora en Ezeiza y el punto final de la relación en cuanto el avión despegaba. Hoy en día, con todos los recursos tecnológicos a nuestra disposición, la posibilidad de un romance a la distancia no resulta tan de ciencia ficción.
“En parejas acostumbradas al contacto diario, que tenían una vida en común, la necesidad de verse es mayor. Y aunque se extrañan, se necesitan y notan el cambio, muchas logran hacer que la relación sobreviva, porque ya estaban consolidadas”, explica la licenciada Martínez. Pero, por otro lado, ¿alguien puede resistirse a la adrenalina de un reencuentro que empieza con el glam y el romanticismo de un aeropuerto y continúa con una semana sin salir del dormitorio? “El volver a verse y a tocarse se vive de una forma muy intensa y mantiene una ilusión constante en la pareja. Además, con la distancia no se sufre el desgaste de la rutina”, explica Kadar.
Pero, claro, también existe el riesgo de que la relación se enfríe, de discutir para acordar a quién le toca viajar esta vez, o de desconfiar de la fidelidad del otro. ¿Cómo se sobrevive frente a todo esto? No es un milagro. Según Kadar, “para mantener el interés y encontrarle sentido a la relación a distancia necesitás saber que existe la posibilidad concreta de, en un futuro, vivir en la misma ciudad. De esta manera, podés hacer proyectos para cuando llegue ese momento. Hay que esforzarse y viajar para verse, mantener una comunicación constante (¡con webcam hasta se puede tener sexo virtual!) y demostrar que se lucha por la pareja. Pero si no hay fecha de retorno, todo se vuelve más complicado”. ¿Lo mejor? Asegurate de que tu amor tenga pasaje de vuelta.


Ahora sí tenes todas las variantes de las nuevas relaciones.

¿Con cuál te quedás?

No hay comentarios: